Merengues con rayas azules

He regresado a Bruselas después de mi viajecito a Suiza. Estoy bastante cansada de tantas emociones pero me ha alegrado comprobar que todo ha vuelto a la normalidad: Obama y su séquito de 900 personas se han marchado, y mi (querida) vecina ha arreglado el wifi.

El bautizo de Antoine no pudo ser más bonito, especial y emocionante. Hizo un sol espléndido, la capilla en la que se celebró el bautizo era íntima y preciosa, el cura hizo una ceremonia muy amena y personal, y el niño se portó como lo que es: un santo. Se pasó la mitad del tiempo mirando al cura con los ojos muy redondos, y la otra mitad mirando a su alrededor todo entretenido, y ni chistó cuando le entró agua en los ojos! Fue una celebración muy íntima, sólo éramos una veintena: la familia y los padrinos. Todos fueron encantadores y nos hicieron sentir como si fuéramos parte de la familia, y fue un día súper bonito y emotivo.


Yo ya sabía que iba a querer con locura a Antoine, hijo de dos queridísimos y viejos amigos, que, como todo lo bueno, se hizo esperar. Pero es que estoy tonta con él!! Es un auténtico muñeco: una cabecita perfectamente redonda, una naricita respingona, unos enormes ojos azul oscuro, una piel toda suave.... Y como he dicho: es un santo! Ni llora ni protesta, es tranquilo, observador, y a la mínima te regala una sonrisa que te derrite!! He aprovechado para estar con él todo lo que he podido y ejercer de madrina. Le he dado el puré, el bibe, le he cambiado los pañales, le he bañado, le he puesto cremita, le he cambiado de ropa, y sobre todo le he cogido en brazos, hecho mimitos y le he besuqueado todo lo que he querido y más!!!! Todo esto hablándole en el español para que se vaya acostumbrando, que aunque tenga 5 meses nunca es demasiado pronto. De hecho creo que ya me entiende, porque se reía mucho con mis chistes (malísimos). En fin, que me acabo de marchar y no veo la hora de volver a verle!

Como os dije la semana pasada, me ofrecí a preparar una Mesa Dulce para el café, y lo hice todo en blanco y azul. Podéis ver las fotos aquí. Preparé un bizcocho de limón y un bizcocho de pera (que es una delicia, tengo que publicar la receta porque os encantará), ambos con una "sorpresita" dentro en forma de muñeco. Pronto explicaré en el blog cómo hacerlo! También hice unas galletas con una oblea que encargué especialmente para la ocasión, con el nombre del niño y la fecha del bautizo. Hice mini cupcakes de zanahoria y mini cupcakes de chocolate (siguiendo la receta de red velvet). También preparé galletas minúsculas rellenas de ganache de chocolate y grabadas con un corazón por una parte y con las iniciales del niño "AZ" por otra parte. Y por último, los merengues que os traigo hoy...

 

Consejos:

> Hacer merengue no es difícil si tenéis batidora y respetáis cosas fáciles como usar utensilios que no tengan ni pizca de grasa y claras en las que no haya caído nada de yema.

> Si vivís en España o en otro sitio donde vendan claras pasteurizadas, mejor que mejor. Yo no las encuentro en Bruselas y la verdad es que no respeto eso de separar las claras unos días antes para "envejecerlas", etc. Y el merengue me queda bien.

> Lo más difícil de dominar es los tiempos de horno. Hay recetas donde indican poner el horno a 130ºC: a mí a esa temperatura se me tuestan. Así que lo pongo más bajo, y más tiempo, pero cada uno conoce su horno!

> Esta receta es de Michalak y es un "tanto por tanto": el mismo peso de claras que de azúcar normal y glas. Si las claras pesan 60g, pues pesáis 60g de azúcar y 60g de azúcar glas. Suelo usar dos claras como base, porque así me caben todos los merenguitos en una sola placa.

> Los merengues se conservan perfectamente varios días en una caja metálica o tupper bien cerrado. ¡NUNCA en la nevera!


Ingredientes :

- 2 claras de huevo
- el mismo peso en azúcar normal
- el mismo peso en azúcar glas
- 1 pizca de sal
- colorante en gel (o líquido)

- opcional: 1 cucharadita de extracto de vainilla (o el aroma que más o guste)

Elaboración:

Batir las claras con la pizca de sal a velocidad baja. Añadir poco a poco el azúcar normal (y el aroma, si le ponemos) y seguir batiendo, aumentando la velocidad hasta que el merengue esté firme y brillante y forme picos. Algo así:

Añadir el azúcar glas poco a poco e incorporarlo con una espátula. La masa debe quedar firme.

 

En este punto precalentamos el horno a 90ºC.

Colocar una boquilla en la manga pastelera y pintar, con ayuda de un pincel (que nunca hayáis utilizado, obviamente), tres rayas verticales. Yo coloqué la manga en un vaso para que fuera más fácil.

Rellenar con el merengue con cuidado de que no quede aire.
Formar los merengues encima de la placa del horno cubierta de papel vegetal o silicona.

Hornear apróximadamente hora y media o dos horas. Los merengues deben despegarse sin problemas de la placa y estar duritos al tacto. 

Apagar el horno y dejar enfriar dentro del horno.

Y éste es el resultado:

Original, ¿verdad?

[mil gracias a todos por vuestros comentarios sobre el Zebra Cake que no he tenido tiempo de contestar porque estaba en Suiza!]