Layer Cake de chocolate y fresa para dos

Los blogueros podemos ver todo tipo de estadísticas sobre quién visita nuestro blog: qué entradas son más populares, de qué países son nuestros visitantes, cómo han llegado hasta nosotros, pero a menudo no sabemos quiénes son. Bueno, supongo que los blogs más populares sí que saben más sobre su público, pero yo, la verdad, no tengo ni idea. Sé que me visita mi familia, mis amigos, algunos de los fans de Facebook (¡espero que muchos!), los suscriptores, y sé que me leen compañeros blogueros, cuyos comentarios agradezco muchísimo. Pero quizá haya por ahí algún lector no experto en repostería que piense, jo, qué fácil les resulta todo a éstos. Hablan de sus tartas de cinco pisos y de sus choux como si fuera coser y cantar, y todo les sale bien.

Bueno, pues dedico la entrada y la receta de hoy a todos ellos: no, no nos sale todo bien. Esta receta, en concreto, fue un desastre de principio a fin! Vale, al final la salvé y estaba sorprendentemente buena, pero metí la pata veinte veces antes, así que tranquilos: ¡¡ocurre en las mejores familias!!


Vi esta receta en Sweetapolita y me encantó porque no se complica mezclando los ingredientes en el orden habitual. Eso de poner todos los ingredientes sólidos y luego añadir de una vez todos los líquidos es muy poco ortodoxo, pero cómo no fiarse de Rosie, que es una crack.

Luego pensé: ¿por qué tienen que ser siempre tan grandes los Layer Cakes? Con lo buenos que están. Vale, un Layer Cake es por definición grande, enorme, de varios pisos. Pero ¿qué pasa si no tienes una familia de treinta personas, o si tus amigos celebran sus cumpleaños en restaurantes, o si ya no encuentras excusas para hacer un Layer Cake XXL? ¿Qué pasa si te apetece un montón un trozo de Layer Cake y no vives en Belgravia, al lado de la tienda de Peggy Porschen? Pues que te inventas (redoble de tambores): ¡¡¡el Layer Cake para dos!!! Divides la receta por dos, usas aros de emplatar de 8cm de diámetro et voilà.

Aquí empiezan los desastres. Tuve la brillante idea de engrasar los aros y colocarlos tal cual sobre la placa del horno con papel vegetal. Vertí la masa ahí dentro (puse poquita) y al horno, y yo más feliz que una perdiz. Al rato miro el horno... y aquello era el Etna. Los aros eran el centro de un volcán que no dejaba de escupir chocolate. No sabía qué hacer y me daba pena tirarlo todo, así que se me ocurrió pasar un cuchillo encima del aro para quitarle todo lo que sobraba... Bueno, vale, reconozco que lo tuve que hacer dos veces.

Mientras tanto, ataqué el Swiss Meringue Buttercream. Era la primera vez que me animaba con el merengue suizo, y lo hice en plan buena estudiante. Me quedó un merengue impresionante, pero cuando le añadí la mantequilla... se cortó. ¡¡¡Qué rabia!!! Súper decepcionada, lo tiré. Luego descubrí gracias a mi amigo Google que es normal que parezca que se ha cortado, y que sólo hay que seguir batiendo para arreglarlo... Pero ya era tarde.

Os ahorro todos los detalles de lo difícil que me resultó nivelar las capas de bizcocho una vez que rescaté el contenido de los aros de la especie de escenario post-guerra nuclear que era la placa de mi horno... Lástima que no hiciera fotos, os habríais reído un rato.

El caso es que conseguí cortar capas más o menos iguales y decidí montar un poco de nata aromatizada con puré de fresas y... oh my God. Qué bueno estaba. Buenísimo. Delicioso. Ligero. Con mucho sabor a chocolate y mucho sabor a fresa.

(Si notáis que el trozo de tarta está inclinado cual torre de Pisa, es porque no dejé el bizcocho en la nevera ni le añadí gelatina a la nata, ni lo enfrié antes de hacerle la foto, con lo cual la "estructura" no era muy estable que digamos. No importa: se come antes de que se caiga!) 

Consejos:

> Para que no me digáis "consejos vendo y para mí no tengo"… os diría que no hagáis nada igual que yo, y seguro que os saldrá mejor!
> Imagino que la manera más lógica de hacerlo, sería hornear todo el bizcocho en una placa o en un par de moldes y luego cortarlo con aros, y no hornearlo en los aros… La próxima vez lo haré así!
> Tengo pendiente hacer un buttercream, pero dudo que esté mejor que la chantillí a la fresa que apañé…
> Ya sabéis que para el buttermilk hay que añadirle a esa cantidad de leche unas gotas de limón y dejarlo reposar un cuarto de hora hasta que parezca que se ha cortado.

Ingredientes: (éstas son las cantidades de Sweetapolita, yo lo dividí por dos)

- 180g de harina
- 275g de azúcar
- 60g de cacao sin azúcar
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 pizca de sal
- 140ml de buttermilk
- 75ml de aceite de girasol
- 2 huevos, ligeramente batidos

- 200 ml de nata para montar
- 3 cucharadas de puré de fresas

Elaboración:

Precalentar el horno a 180ºC.

Poner todos los ingredientes secos en un bol. Añadir todos los demás ingredientes, y batir durante un par de minutos. La masa queda bastante líquida.

Hornear 20 minutos en el molde adecuado (!) hasta que un palillo insertado en el bizcocho salga seco.

Enfriar en rejilla.

Batir la nata montada a velocidad baja, añadir algo de azúcar glas si sois golosos, y el puré de fresas (fresas trituradas).

Poner una capa de bizcocho, añadir un par de cucharadas de nata montada, alisar con una espátula. Seguir montando el Layer Cake: bizcocho, nata, bizcocho, nata, bizcocho, nata y cubrir toda la tarta con lo que quede de nata.

Comer antes de que se desmorone!