La receta de hoy es especial, porque con ella participo al concurso organizado por Mon con ocasión del tercer aniversario de su blog April's Kitch. En el mundo de los blogs se organizan muchos retos y concursos, y aunque disfruto mucho viendo las aportaciones de mis compañeros, nunca había participado en ninguno. ¿Por qué? Pues porque algunos no corresponden con mis "habilidades", como los de pan o recetas saladas, y también por falta de tiempo y por no querer presionarme con fechas y agobios suplementarios. Pero cuando vi anunciado este concurso, llamado #cocinadecine, me pareció tan sumamente atractivo que no dudé que esta vez sí que participaría!
Cuando empecé el blog pensé que tendría que hacer recetas y escribirlas. Luego me di cuenta que era importante que las fotos fueran bonitas, y aunque no tengo ni la cámara ni el talento de muchos otros, a menudo me lleva más tiempo hacer las fotos que las recetas. El paso siguiente, fue descubrir la comunidad de blogueros y las visitas que nos hacemos y nos devolvemos con los comentarios que tanto se agradecen. Me gustaría dedicarles más tiempo, pero tampoco puedo siempre... Y finalmente me di cuenta que, igual que en el mundo real, hay gente que te cae mejor y gente que te cae peor, gente que te hace reír, gente con la que por lo que sea conectas enseguida, y así se van tejiendo y entretejiendo relaciones personales (aunque virtuales), que a menudo valen más que las recetas que compartimos.
Así que sin entrar a valorar sus estupendas recetas, ya que como digo a veces son hasta secundarias, os voy a decir por qué me gusta el blog April's Kitch. Me gusta porque su autora, Mon, escribe bien. Y eso por sí sólo, para mí es mucho! También me gusta porque siempre me resultan interesantes sus "entradillas": lo mismo habla de sus queridos Estados Unidos que de las tradiciones judías o del origen del tupinambo. Dice que hay gente que le reprocha que se enrolla mucho, pero yo estoy convencida que sus textos previos a la receta son lo que más trabaja, más tiempo le lleva, y en definitiva lo que le da personalidad a su blog. Así que por mí que siga escribiendo que siempre tendrá una fiel lectora! Pero si nos empezamos a escribir y a conocer más allá del blog, es porque, casualidades de la vida, Mon me ha tocado varias veces la fibra con sus entradas, aportándome recuerdos y emociones de mi infancia. Sin saberlo ella (porque todavía no se lo he dicho), también lo hizo con el tema elegido para su concurso: las películas de los años 1950-1965. Aquí va el por qué.
Yo tenía una tía que se llamaba Rosa, aunque todos los sobrinos la llamamos siempre la Tata. A mi tía le descubrieron una enfermedad grave degenerativa cuando era joven que, evidentemente, marcó su vida. No trabajó más que unos pocos años, nunca se casó ni tuvo hijos, y vivió siempre con mi abuela, y cuando mi abuela faltó, sola. Su salud empeoraba constantemente, su calidad de vida iba de mal en peor, y los médicos anunciaron su muerte inminente en varias ocasiones... pero ahí seguía la Tata empeñada en seguir viviendo, para sorpresa de todos! Falleció en 1999, con sesenta y tantos años y creo que disfrutó de su vida, por dolorosa y limitada que fuera, casi hasta el final.
La Tata prácticamente crió a mis primos, que aun la cogieron joven, y a mí me quiso y me mimó seguramente más de lo que era razonable! Estaba orgullosísima de mí y siempre decía que yo terminaría siendo "presidenta del Mundo", porque cualquier cosa menos que eso le parecía poco... Cuando iba de vacaciones a Alicante, siempre me esperaban los cromos de la colección Panini de turno, o la revista "Yo, Donald" (que ella llamaba "Yo, pato" para deleite del quiosquero), el estuche con cincuenta accesorios que estaba de moda, o un albornoz de mi color preferido. No era rica, al revés, pero era detallista y pensaba en (o anticipaba) todos mis caprichos. Curiosamente, el sabor que más asocio con mis vacaciones de la infancia en Alicante era de algo que me hacía la Tata. Al revés que mi abuela y mi madre, excelentes cocineras ambas, la Tata era nefasta en la cocina. No le gustaba y no se le daba bien. Pero hacía los mejores bocadillos de filete que se han hecho jamás en toda la historia de la gastronomía. No sé cómo se las arreglaba para que el filete soltara tanto juguito (que no grasa), pero empapaba el pan con el juguito, y luego cortaba en trocitos el filete para quitarle todos los nervios y que resultara más fácil de comer. Lo envolvía en papel de plata para que estuviera tibio, y cuando yo terminaba de bañarme tenía ese bocadillo esperándome en una bandejita encima de la mesa camilla. Todavía me relamo de pensarlo.
La Tata tenía una pasión: el cine. Todo el cine, pero muy en particular las películas de los años 50 y 60. Lo que habría disfrutado descargando, viendo y comprando películas si hubiera habido internet entonces!!! Pero estoy hablando de los 90, que no fue hace tanto, pero, queridos amigos, no había ni CDs ni DVDs... Sin embargo, con la ayuda de casetes VHS y de un vídeo normal y corriente, la Tata se hizo una filmoteca absolutamente increíble. Pero increíble. Compraba el TP, la revista de programación de la tele, marcaba las películas que le interesaban, y las grababa. Pero cuidado: sin anuncios. Sabía, según la cadena, en qué momento cortaban con anuncios, y paraba la grabación para tener las películas sin molestos cortes. No sólo eso: también calculaba, según la duración de cada película, si le cabía en una casete de 180minutos o de 240minutos. Por supuesto, siempre ponía en cada casete dos películas de la misma temática o del mismo actor. No te ibas a encontrar Psicosis con Sonrisas y Lágrimas, ni hablar. Y luego las ordenaba en la biblioteca, perdón: filmoteca de su salón por años, estilos, etc. Así que cuando yo estaba ahí, me decía: "Cuqui, elige una película." Y yo me paseaba mirando los lomos y le decía "Tata, 'Siete novias para siete hermanos' de qué va?", "Tata, ¿qué musicales tienes?", "Tata, 'Vacaciones en Roma' es bonita?", "Tata, 'Vértigo' da mucho miedo?", "Tata, ¿volvemos a ver 'Tú y yo'?"
Y así, durante mi infancia y mi adolescencia, me fui creando una cultura cinematográfica que sólo me di cuenta que tenía muchos años más tarde, cuando mis amigos empezaban a interesarse por los "clásicos", y yo los había visto absolutamente todos. Todavía ahora, cuando encuentro una película de éstas en alguna cadena, es raro que no la haya visto. A menudo me doy cuenta que no la entendí cuando la vi (como 'La gata sobre el tejado de zinc'), otras veces me pregunto cómo pude tragármelas con tanto fervor (por ejemplo las películas acuáticas de Esther Williams), ocurre que no recuerdo bien el argumento, que las juzgo con más dureza que cuando tenía 12 años pero también, con frecuencia, que me parecen tan sublimes como cuando las veía entonces en familia.
Mi madre siempre me protegió de lo que no era propio de mi edad, por supuesto, pero nunca me consideró "demasiado pequeña". Ni para viajar, ni para sentarme en la mesa de los adultos, ni para ir a museos o al teatro o a un buen restaurante, ni para dejarme leer (determinados) libros de mayores... y se lo agradezco en el alma, porque gracias a eso disfruté de un montón de placeres de la vida desde niña, y no por ser niña disfrutas menos. De la misma manera, la Tata nunca consideró que esas películas no eran para una niña o una jovencita, se hablaba de ellas en casa como películas buenas, y yo nunca tuve prejuicios de que fueran "un rollo".
La Tata me dio mucho amor y mucho cariño, y me enseñó, a su pesar, muchas lecciones que aprendes cuando tienes cerca a una persona enferma, que sufre, y que sabes que se va a morir. Era una persona a veces difícil, a menudo especial y siempre amorosa. Me marcó por muchos motivos, y me dejó un legado que persiste porque ya forma parte de mí, que son todas esas películas que vimos juntas y que me enseñó a apreciar y disfrutar.
Elegir una película para este concurso ha sido dificilísimo. Empecé a pensar y mi mente hizo algo así como "tiene que ser una de Hitchcock! La ventana indiscreta!!! No, mejor un musical. West Side Story? Ayyyyy, Sonrisas y Lágrimas, mi preferida!! No no no, Tú y yo, que es de llorar mucho! Que va! Mejor Marilyn Monroe, La Tentación vive arriba!!! Ya pero Audrey... Vacaciones en Roma o Desayuno con diamantes? Sabrina!! Me encantó Sabrina! 12 hombres sin piedad es un peliculón... Oye y de Disney? Juraría que la Cenicienta es de esos años... Ya sé: la Reina de África!"
And the winner is...
Porque la he visto unas trescientas veces, porque Gene Kelly es lo más, porque es una de las mejores películas de la historia del cine, porque me chiflaban los musicales de niña, porque no se han vuelto a hacer musicales tan maravillosos como en esa época, porque he querido aprender a hacer claqué desde que la vi, porque he cogido mil veces un paraguas para emular la escena sin ningún tipo de vergüenza (menos lo del saltito para subirse a la farola, nunca me he atrevido), porque me he levantado millones de veces cantando la canción "good morning!", porque siempre he querido que en la vida real se puedan hacer cosas como ésas: estar enamorado y cantar y bailar por la calle bajo la lluvia... y por supuesto porque le encantaba a mi tía.
Por eso, por la lluvia bajo la cual se canta, y sobre un plato que representa un cielo azul, la receta de hoy se llama "Gotas de frambuesa y merengue"!
La Receta:
No es más que un merengue suave colocado en "gotas" con manga pastelera sobre un plato. Se quema un poco en el grill del horno o con soplete.
A continuación se añaden "gotas" de curd de frambuesa (cuya receta traeré pronto!).
Se decora con ralladura de lima, para la acidez, y trocitos pequeños de brownie, que le aportan suavidad.
Y es como la vida: colorido, sorprendente, a veces ácido y a menudo dulce...
¡Feliz aniversario, April's Kitch!
A continuación se añaden "gotas" de curd de frambuesa (cuya receta traeré pronto!).
Se decora con ralladura de lima, para la acidez, y trocitos pequeños de brownie, que le aportan suavidad.
Y es como la vida: colorido, sorprendente, a veces ácido y a menudo dulce...
¡Feliz aniversario, April's Kitch!
Impresionante...me has tocado la fibra y humedecido los ojos...la historia es bellisima y no podia dejar de leer....PRECIOSA!
ResponderEliminarLa pelicula genial!!!!! A me gustan mucho tb todos esos musicales!!!!!
Viva la tata! Estoy en el movil luego vuelvo!!!!!
Me ha encantado la historia de la Tata y me identifico contigo en muchas cosas: en compartir con los adultos muchos momentos, de ver pelis antiguas que me chiflan, de leer, de esos bocatas de filetitos calientes... es más, mi seudónimo es Manderley, así que saca conclusiones, jajaja.
ResponderEliminarLa receta me encanta y es además muy vistosa.
Besos
Ya estoy en un ordenador.
ResponderEliminarDecirte que yo he vivido muchas historias paralelas. No hay una Tata en mi vida y no sabes como te lo envidio. Pero si hubo un amigo de adolescencia y que aún sigue en mi vida, que me enseñó "todo lo del cine"... y con él aprendí a amar los musicales, a tararear algunas de las canciones más famosas, "Oh, what a wonderful morning", a disfrutar con Bing Crosby y Gene Kelly y el claqué, a vivir los melodramas de los años 50...enfin... el amor al cine, creo que es uno de los patrimonios más importantes que nos podemos llevar en nuestra vida adulta.
Me ha encantado tu receta, pero sobretodo me ha encantado tu texto entrañable 100%. Muchísssssimas gracias!
Besos mil again!
qué bien tu entrada María te he leído con muchísimo interés, escribes muy bien, la receta es genial! enhorabuena, bsss
ResponderEliminarMaria!!!! Ay estoy hipando.
ResponderEliminarYo no he tenido una Tata cinéfila como la tuya, pero si otra parte contratante que está enseñándonos a la peque y a mi todos los clásicos de cine ( verás si le preguntas con 8 años recién cumplidos cual son sus pelis favoritas te dirá que Frozen, pq es la de moda, y La bruja Novata).
Y si, vivan los musicales, es por encima de Sonrisas y Lagrima, al Cesar lo que es del Cesar. Y esas gostas de lluvia, suaves, dulces y amargas.
Te descubrí casi por casualidad un día, pero me quedaré contigo para siempre.
Besos preciosa.
Menuda historia, muy interesante y la idea de las gotas me parece perfecta y deliciosa, besotes.
ResponderEliminarMaría, la receta me parece fantástica... pero sinceramente la he lído por encima.
ResponderEliminarLo que no he podido parar de leer es toda la introducción. Qué palabras más bonitas para tu Tata. Yo también tengo recuerdos muy bonitos de mi tía-abuela, pero mejor no te los cuento que acabamos las dos llorando y oye, Holanda está por debajo del nivel del mar y nos inundamos en un plis.
Me ha encantado leer este trocito de tu vida. Gracias por contárnoslo.
Besos
Que linda entrada preciosa!!!.....las películas son como la comida, están unidas a nuestra vida, a nuestros sentidos y sentimientos..dedicarle esta preciosa entrada a tu tata es lo más lindo que podrías haber hecho y esta película es linda y llena de buena onda para recordarla :)
ResponderEliminarMon es una gran mujer y es cierto que logra engancharnos a todos con su blog y sus palabras :)
Te deseo mucha suerte en el concurso con tus preciosas gotas y tu casi más bello post..aunque no la necesitas! ;)
muchos cariños linda y feliz fin de semana!!!!!!!!!!!!!!!!
muasssssssssssss
¡¡Hola María!! Una introducción preciosa, y desde luego, tu tía y yo habríamos hecho muy buenas migas. Me he visto todas las películas de Alfred Hitchcock, los ciclos de Marilyn Monroe y Audry Herburt, los musicales antiguos y modernos (de hecho, muchas veces "trabajo" con ellos) y una de mis películas favoritas, es La gata sobre el tejado de cinz (he perdido la cuenta de las veces que la he visto). Al igual que tú, la mayoría las he visto de pequeña o adolescente, y me encantaban.
ResponderEliminarCreo que has ambientado muy bien la receta a Cantando bajo la lluvia. ¡¡Felicidades!!.
María que original, me ha gustado un montón, ademas tienen que estar deliciosas, coincido con los gustos peliculeros, los musicales antiguos me gustan un montón, y las películas americanas antiguas, tienen un algo... especial, no sé.... te diré aunque sea cursi y repipi, que con las comedias de Doris Day siempre me he reído muchísismo... Y viendo singing in the rain, te contaré una curiosidad, sabías que por lo visto Gene Kelly estaba enfermo cuando rodaron la mítica escena, con casi de fiebre, cuando me enteré me quede a cuadros, es una de mis favoritas, aunque he de decir, que Disney es mi supermegafavorito y el pj que más me superencanta.... Donald!!! Un post impresionante, me ha gustado!! Besitos
ResponderEliminarCarlos-Chocoboss
Un post precioso, María!! No sé qué decir. Lo importante de tener personas así, como tu Tata, es disfrutar de y con ellas, porque cuando se van, el vacío que dejan no es tan... vacío. El plato que has hecho es original hasta "el infinito y más allá". Perfecto para una película perfecta, muy buena elección!
ResponderEliminarUn beso
Qué original, se ve delicioso!!! Al igual que tu preciosa historia. Gracias por compartir un trozo de tu infancia. Eres afortunada de haber aprendido desde pequeña a amar el cine y de tener una persona que con sus detalles, dedicación y entrega te mimó de esa manera...
ResponderEliminarQué plato más original y colorido ideal para la primavera. Y un post precioso.
ResponderEliminarBesos
Qué bonito María, no había leído ésta entrada, llevo una semana que para mí se queda y ésta sí que no me hubiera perdonado saltármela. Un homenaje precioso a tu Tata, creo que quien más y quien menos tenemos a alguien parecido que ha formado parte de nuestras vidas, alguien que nos ha marcado por su cariño y protección. Creo que has elegido la peli perfecta y la receta me parece de lo más ideal y con la que te deseo la mejor de las suertes en su concurso. Un besazo corazón.
ResponderEliminarJoder... Me has dejado con la historia de tu Tata... Impresionada... Por como la cuentas, cómo describes hasta el último detalle de tu infancia y tus veranos en Alicante, (por cierto casi como yo, que los pasaba en Torrevieja).
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso. ♥
Un postre muy vistoso y bonito pero creo que esas vivencias de juventud aun lo superan
ResponderEliminarUna entrada realmente bonita, seguro que tu tata estaría orgullosisima de leerla, y encantada :)
ResponderEliminarDe la película que contarte, más que to también la he visto mil veces, y me he reído taaaanto con ella que ya forma parte de mi vida.
La receta que has preparado me resulta simplemente una genialidad!!! Es maravillosa, y me quedo con muchísimas ganas de probarla, que lo sepas!!
Muchísima suerte en el concurso y muchos besicos :)
Una historia preciosa, emocionante! Mil besos
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