Cupcakes de zanahoria esponjosos (al estilo suizo)

Creo que hay tantas versiones del Carrot Cake como personas. Hay incluso escuelas: los partidarios de los frutos secos, los partidarios de los tropezones, los que lo prefieren compacto, esponjoso, con glaseado, con buttercream... Éste es mi granito de arena dentro del Sahara de recetas de bizcocho o pastel de zanahorias.

Los que me seguís un poco ya sabéis que no soy muy golosa y más bien partidaria de los postres ligeros. Allá por la Prehistoria, la primera vez que probé un Carrot Cake americano con nueces, pasas, una tonelada de crema de mantequilla y tan consistente que había que cortarlo con cincel y martillo, pensé que con un pedazo de esa tarta tenía cubiertas mis necesidades de dulce para un mes, y de comida para toda una semana. Tenía poco que ver con el pastel de zanahoria que yo había conocido siempre. 

Porque mucho antes de que se pusieran de moda los cupcakes y con ellos todos los dulces americanos, desde los Layer Cakes a los Carrot Cakes, en Suiza se comía pastel de zanahoria. No como algo moderno ni glamuroso, sino como una tarta de las "de toda la vida". Las amas de casa la hacían los domingos, y en las pastelerías y supermercados se vendía la "Ruebli Torte" o la "tourte aux carottes" como algo local, ya que para los suizos es un dulce típico de.... ¡Argovia! Y me diréis, ¿eso dónde está? Pues es un cantón del norte de Suiza de medio millón de habitantes. La capital de Argovia es Aarau, nombre que probablemente ni os suene remotamente a los que no viváis en Suiza.

Esta receta es de la inconmesurable Betty Bossi, la Martha Stewart suiza, que ya ha inspirado varias recetas de este blog y de la que prometo hablar más en detalle en otra ocasión (lo tengo pendiente pero no se me olvida!). La receta no es más que un bizcocho genovés con almendra y zanahoria, con lo cual es increíblemente esponjoso y ligero.

Algún día haré un Carrot Cake americano de varios pisos lleno de "tropezones", pero ésta es la versión a la que vuelvo una y otra vez y que mi familia adora. Lleva un poquito de tiempo rallar las zanahorias y batir por una parte las claras y por otra las yemas, pero no tiene mayor dificultad. Todo el que lo ha probado dice sorprendido: ¡qué ligero!

¿Os animáis con la versión suiza?

otra versión, con un frosting sin volumen pero al que le añadí unas gotas de colorante

  

Consejos:

> Para 12 cupcakes o 24 mini cupcakes, uso como base 2 huevos (es decir 100 g de azúcar, zanahoria y almendra, 30 g de harina y 1/2 cucharadita de levadura)

> Os pongo dos opciones: el glaseado tradicional por si os decantáis por el pastel suizo clásico y el frosting por si hacéis los cupcakes.

Ingredientes (para un molde de 24cm):

- 5 huevos(claras y yemas separadas)
- 250 g de azúcar
- 250 g de zanahorias ralladas (finas)
- 250 g de almendra molida
- 80 g de harina
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 1 limón: ralladura y zumo 

Para el glaseado tradicional:
- 250 g de azúcar glas
- 2 o 3 cucharadas de zumo de limón

Para el frosting de cupcakes:

- 125 g de queso crema (tipo Philadelphia)
- 60 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 250 g de azúcar glas

Zanahorias de mazapán o caramelos naranjas para decorar


Elaboración:

Precalentar el horno a 180ºC.

En un gran bol, batir las yemas con el azúcar hasta que estén espumosas.
Añadir la zanahoria rallada, la almendra molida y el zumo y ralladura de limón. Mezclar bien.

Mezclar la harina con la levadura en polvo y añadir.

Batir las claras a punto de nieve e incorporarlas delicadamente con espátula o cuchara de madera.

Verter sobre el molde engrasado y enharinado o las cápsulas de cupcakes.

Horneado: 50min para la tarta, unos 20min para los cupcakes o 15min para los mini cupcakes.

Para saber si están, presionar un poco con el dedo la parte superior. Si vuelve a "inflarse", es que están, si se queda el dedo marcado, es que hay que dejarlos un poquito más.

Mientras se enfría(n) sobre una rejilla, preparamos el glaseado o frosting.

Para el glaseado, mezclar el azúcar glas con el zumo de limón hasta que tenga la consistencia adecuada para poder verterlo sobre la tarta una vez fría.

Si elegimos el frosting, se bate el queso crema y la mantequilla y se añade poco a poco el azúcar glas hasta conseguir una mezcla suave y uniforme. 
Se pone en una manga pastelera y se decoran los cupcakes una vez fríos.