20 de febrero de 2015

Bizcocho de albaricoque y yogur




La receta de este bizcocho la tengo desde hace mil años, y no sé por qué no la había hecho nunca. Quizá porque pensé que sería un poco soseras. Al no llevar ningún sabor especialmente intenso o destacado, pues pensé que no diría mucho. Pero me habían sobrado orejones de albaricoque y decidí que era la ocasión de hacerlo.

¿Resultado? Me pareció absolutamente exquisito. Lo pienso volver a hacer para todo el que no lo haya probado porque es increíblemente fino y equilibrado en sabores. Los albaricoques que, por lo menos a mí, me resultan bastante dulces, le dan un toque de acidez que contrasta muy bien con la suavidad del yogur. Es un bizcocho sumamente tierno, y tengo que decir que el glaseado (que realmente no es glaseado, sino más bien almíbar) de mantequilla fundida, aparte de ser un pecado mortal calóricamente hablando, remata la faena.


Esta vez no lo hice en mi molde habitual sino que usé dos moldes desechables que compré el año pasado en la feria de repostería de París. Me gustaron porque eran bastante sobrios, en blanco y negro, que contrastaban bastante con los demás en este mundo tan adicto a los colores pasteles. Me había invitado una amiga a tomar café a su casa, y como éramos sólo ella y yo, tampoco iba a llevar una tarta inmensa. Me pareció mono llevar un bizcochito y le añadí un lazo. Así es cómo quedó:




Y claro, luego me extraña que la gente me diga que lo hago todo muy cuqui. Mis amigas siempre usan esa palabra para definir más o menos todo lo que me rodea. Según ellas, el tupper en el que llevo la ensalada al trabajo (que es de Ikea) es cuqui, la bolsa que llevo al supermercado (que tiene la tira de años) es cuqui, mis zapatillas de estar por casa son cuquis, la cajita donde guardo las pastillas de caldo (que me regalaron) es cuqui, mi boina de lana es cuqui, y por supuesto, si propongo un restaurante o una cafetería para quedar, les parece de lo más cuqui. Ya no sé si les parezco una ama de casa americana de los 50, pero me consuela que digan cuqui y no cursi. Claro, luego preparo un bizcocho, le planto un lazo, pienso, ¡ay, qué mono me ha quedado! Y me corrijo a mí misma: mono no, cuqui!!

Consejos:

> No apto para gente que sólo aprecia los sabores fuertes ni para gente a dieta. No por las calorías, sino porque no hay fuerza de voluntad en este mundo que pueda evitar que comas cuatro, cinco o seis trozos.


Ingredientes:

- 200 g de orejones de albaricoque
- 3 cucharadas soperas de Grand Marnier (o zumo de naranja)
- 150 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 200 g de azúcar
- 1 pizca de sal
- 3 huevos
- 250 g de yogur natural
- 1 vaina de vainilla (o 1 cucharadita de vainilla líquida)
- 300 g de harina
- 2 cucharaditas de levadura en polvo

Glaseado:
- 50 g de mantequilla
- 2 cucharadas soperas de Grand Marnier (o zumo de naranja)
- 1 cucharada sopera de azúcar glas


Elaboración:

Precalentar el horno a 180ºC. Enmantequillar y enharinar un molde de bizcocho de 28-30 cm de largo.

Cortar los orejones de albaricoque en trocitos pequeños (yo lo hago con tijeras) y ponerlos en un bol a macerar con el Grand Marnier mientras pesamos y preparamos el resto.



Batir la mantequilla, el azúcar y la sal hasta que la masa aclare. Añadir los huevos uno por uno hasta conseguir una masa esponjosa.

Incorporar el yogur y la vainilla.

Mezclar la harina con la levadura en polvo e incorporar. Añadir los trocitos de albaricoque y el líquido en el que han macerado y mezclar.

Verter sobre el molde preparado y alisar.

Hornear unos 60 minutos en el centro del horno hasta que al pinchar el centro del bizcocho con un palillo, salga seco.

Nada más sacar el bizcocho del horno, fundir la mantequilla (al microondas o en un cazo) y mezclar con el Grand Marnier y el azúcar glas y verter sobre el bizcocho aún caliente.

Cuando se haya empapado, desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla.




7 comentarios:

  1. Que bizcocho más rico ,y además muy jugoso.

    Besos y buen finde.

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  2. Mmmmmm, que rico bizcocho afrutado!!!! Te ha quedado de maravillla!!!

    Un besito,
    Sandra von Cake

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  3. Um bolinho delicioso, perfeito para o lanche
    bjs

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  4. Que bueno Maria. Pienso hacerlo pronto. Y si eres cuqui en todo. Un besazo guapa. Muwaaaa
    Neri

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  5. Pongo una cafetera ahora mismo, cuando quieras, ¡pásate!

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  6. Estoy de acuerdo en que le va un contraste ácido a ingredientes como los orejones, que son tan dulzones; creo que yo hice hace tiempo un bizcocho con orejones de albaricoque y buttermilk y estaba muuuuy rico. Qué bueno tiene que estar este bizcocho, sencillo pero perfecto en sus ingredientes, y el sabor a mantequilla seguro que se deja oler por toda la casa.

    Un abrazo

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  7. ¡Ay María, lo que me puede gustar a mi un bizcocho con fruta en su interior! Así le ha quedado esa textura tan húmeda y jugosita... ¡Delicioso!

    ¡Un besito!

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