El risotto formaba parte de los platos que pedía en restaurante pero que nunca hacía en casa, y eso que soy bastante arrocera. Soy más de arroz que de patatas. El arroz blanco para acompañar, vale, el arroz con cosas (no sé si lo que hago merece el nombre de paella), vale, pero el risotto? Pues no.
Un día vi esta receta de Betty Bossi en plena temporada de espárragos y pensé uy uy uy qué rico tiene que estar! Y probé a hacerlo. Resulta que el risotto se hace rápido y está tan rico en casa como en el restaurante! ¿Que no me creéis? ¡Hacedlo y veréis!
Consejos:
> Para hacerlo más italiano, usad queso parmesan en lugar de queso gruyère.
> Como el caldo lleva sal y el queso es salado, no suele hacer falta salpimentar, pero es a vuestro gusto, claro!
> No es un plato que quede bien recalentado, pero no lleva más de media hora hacerlo, así que es mejor cocinarlo y servirlo bien caliente!
> Usad arroz para risotto!
Ingredientes (para 4 personas):
- 500g de espárragos
- 1 cebolla
- un trozo de mantequilla
- 300g de arroz para risotto
- 2 dl de vino blanco
- 1 litro de caldo de verdura bien caliente
- 1 dl de nata
- 50 g de queso gruyère
Elaboración:
Pelar y picar la cebolla. Lavar los espárragos y cortarlos en trozos.
Derretir la mantequilla en un cazo y rehogar la cebolla y los espárragos unos 5 minutos. Reservar.
En el mismo cazo, rehogar el arroz (podéis añadir un poco de mantequilla si queréis).
Añadir todo el vino de golpe y dejar evaporar por completo.
Ahora viene la parte importante para que el risotto quede perfecto. Hay que ir añadiendo el caldo poco a poco, cubriendo el arroz y removiéndolo a menudo. Cocinar de esta manera unos 15 min.
Cuando aún esté un poco durito, añadir los espárragos con cebolla y cocinar 5 minutos más a fuego mediano, siempre removiendo. Tiene que quedar al dente pero muy cremoso.
Cuando esté, incorporar la nata y el queso y servir de inmediato.
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