Tengo una peculiaridad. Bueno, seguramente tenga varias, pero tampoco voy a desvelarlas todas de golpe. La peculiaridad a la que me refiero es que no me gustan las tartas de queso o los famosos cheesecakes... Cuando lo digo la gente suele llevarse las manos a la cabeza entre exclamaciones, rasgándose las vestiduras. Es asombrosa la cantidad de gente que ADORA las tartas de queso. Conozco gente que se la pide de postre siempre que figura en la carta, aunque sea después de una cena copiosa: es algo que entiendo aún menos que la teoría de la relatividad. Hay gente que va al Starbucks sólo por el cheesecake, y gente que muere de emoción sólo al oír la palabra.
A mí no me gusta, no me la pido nunca, y sólo he comido algún trocito últimamente por culpa de este blog... Al fin y al cabo quería publicar alguna receta de cheesecake aquí, y ya que lo hago, pues lo pruebo para ver a qué sabe... Éste que os traigo hoy no estaba mal. Las galletas Oreo y el mascarpone se combinan bien, y me encantó que tuviera fresas enteras dentro (ya sabéis que soy muy frutera). Aún así tampoco me mató, pero no os podéis fiar de mi opinión en esto... El día que la hice, dos amigos míos se pelearon por el último trozo y el que no lo consiguió (que es francés) aún mira mal a la que lo consiguió (inglesa). Imagino que un cheesecake que pone a prueba las relaciones de amistad y crea conflictos diplomáticos entre países, es un buen cheesecake.
Consejos:
> Tened en cuenta que hay que hacer la tarta el día anterior o dejarla mínimo tres horas en la nevera antes de servirla
Ingredientes (para un molde de 16cm de diámetro):
- 1 paquete de Oreo (154 g)
- 40 g de mantequilla
- 1 pizca de sal
- 10-12 fresas
- 50 g de azúcar
- 2 huevos
- 1 limón
- 250 g de mascarpone
- 1 cucharada sopera de azúcar
- 3 hojas de gelatina
Elaboración:
Para empezar, fundir la mantequilla en un cacito al fuego o en el microondas y poner las hojas de gelatina en un bol con agua fría. Poner las yemas de huevo en un bol mediano y las claras en un bol pequeño. ¡Así eso ya lo tenemos hecho!
Reservar dos o tres galletas del paquete para decorar, y poner las otras en una bolsa de congelación. Cerrar y pasar el rodillo para triturarlas bien.
Mezclar las galletas trituradas con la mantequilla fundida y la pizca de sal.
Poner la mezcla sobre la base del molde y aplastar con un vaso
Colocar sobre la base ocho fresas enteras y reservar en la nevera.
Batir las dos yemas de huevo con el azúcar hasta que la mezcla esté blanquecina. Añadir la ralladura de limón. Incorporar el mascarpone y mezclar bien.
Hervir un poquito de agua (en el microondas o en el hervidor) y poner en una taza una cucharada y media del agua hervida. Añadir las hojas de gelatina (que hemos reblandecido en agua fría) escurridas. Poner tres cucharadas de la mezcla de mascarpone en la taza, mezclar y a continuación verter rápidamente en el bol de la mezcla de mascaporne.
Batir las claras de huevo con una pizca de sal a punto de nieve. Añadir la cucharada de azúcar y seguir batiendo hasta que la mezcla brille. Incorporar con una espátula con suavidad a la mezcla anterior.
Verter la mezcla de mascarpone sobre la base y alisar
Reservar en la nevera por lo menos 3 horas, también puede ser toda la noche. Quitar el círculo del molde y decorar como uno quiera usando las galletas y las fresas reservadas.
Bon appétit!
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