Bizcocho de cítricos de Michalak

Sigo mi ruta del bizcocho, esta vez con un invitado muy muy especial.

Hoy os propongo un bizcocho de cítricos con look muy moderno... obra y gracia de Christophe Michalak. Sí, hombre, el del clafoutis de cerezas cuadrado que no le quitaba los rabitos a las cerezas. El del financier de fresa y pistacho tipo entremet que hice en los comienzos de este blog. No es una de las recetas más visitadas y debería serlo, porque es uno de los postres más ricos que he comido. La combinación de fresa y pistacho es fantástica. También son de él las dos Tartas Fantastik que tengo publicadas: la de pistacho, frambuesa y chocolate blanco que me quedó tan fluorescente que parecía radioactiva, y la de chocolate con leche y fruta roja que me quedó, esta vez sí, con un colorido natural y que era una absoluta delicia. De Michalak también son las tartas tatin individuales con forma de semi esferas. Michalak es un semi-Dios repostero y una constante fuente de inspiración.

Si puedo ser totalmente sincera, he de confesar que he modificado un poco su receta. No sé si algo así se puede decir públicamente a la ligera... Quizá cuando salga a la calle una horda de fans de Michalak estén en la puerta de mi casa para tirarme a la cabeza moldes de Bundt Cake (que por si no lo sabéis, pesan una tonelada). Quizá merezca morir intoxicada con algún fruto seco misterioso. Cambiar una receta de Michalak es un poco como decirle a Vargas Llosa "a ver, este libro es muy largo, voy a saltarme un par de capítulos que así me lo acabo antes". O como ir al Bulli y decirle a Ferrán "a ver, déjate de historias y hazme una tortilla de patata normal, de toda la vida. Y por cierto, a estos "amuse-bouches" les falta sal".

Si lo he hecho, no es porque me crea más lista que Michalak, no. Lo he hecho por vosotros, queridos lectores! Porque sospecho que me mandaréis a freír espárragos si os digo que hacen falta 20g de yema de huevo, 15 ml de leche, 92 g de mantequilla o que la harina sea tipo 55. Y tenéis razón: está bien que Michalak sea tiquis miquis, pero para una receta casera tampoco hace falta tanta complicación... También me he permitido quitar la "mermelada de naranja sin azúcar" de su receta. Primero, porque no me gusta la mermelada de naranja. Segundo, porque no sé dónde encontrar mermelada de naranja sin azúcar. Y tercero, porque aunque la encontrara, iba a usar sólo unos gramos para la receta y luego se me iba a quedar ahí muerto de risa el bote. Así que la he sustituido por un montón de ralladura de varios cítricos, porque sé que es lo que mejor aromatiza un bizcocho... Y funciona! Así que os doy una versión simplificada de su receta, pero con la garantía de que el bizcocho es una absoluta delicia!!! Además de un poco "hipster". ¿No os parece?

Ingredientes:

- 100 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 90 g de azúcar glas
- 120 g de almendra molida
- 1 cucharada de aceite neutro (girasol o semilla de uva)
- 2 yemas
- 2 claras
- 1 huevo
- 60 g de harina
- 1 cucharada de leche
- 25 g de azúcar
- 1/4 de cucharadita de levadura en polvo
- la ralladura de una naranja, una lima, un limón y una o dos mandarinas (todo muy bien lavado)

Para el almíbar:
- 100 ml de agua
- 25 g de azúcar
- el zumo de una naranja, una lima, un limón y una o dos mandarinas
- opcional: una cucharada de Grand Marnier

Para decorar:
- unos piñones


Elaboración:

Precalentar el horno a 170ºC y enmantequillar un molde de bizcocho de 28-30 cm de largo.

Batir la mantequilla y el azúcar glas unos minutos hasta que la mezcla se ponga blanquecina. Añadir las yemas y el huevo entero y batir hasta conseguir una masa esponjosa.

Incorporar el aceite, la leche y las ralladuras de cítricos que tendremos listas:

Añadir a continuación, con espátula, la almendra molida y la harina junto con la levadura.

En otro bol, batir a punto de nieve las dos claras restantes junto con los 25 g de azúcar. No tienen que estar excesivamente firmes, sino formar picos. Incorporar entonces, siempre con espátula y cuidado, a la mezcla anterior.

Verter sobre el molde preparado y alisar:

Hornear durante unos 50min. Dependerá del horno y del tamaño del molde, así que lo mejor es vigilar bien. No crece mucho porque no lleva apenas levadura: lo que buscamos es un bizcocho plano.

Cuando esté casi, se va preparando el almíbar.

Para el almíbar, llevar a ebullición en un cazo pequeño el agua con el azúcar. Cuando el azúcar esté disuelto, añadir los zumos y dejar unos 5-10 minutos que hierva suavemente.

Cuando el bizcocho esté hecho, ponerlo en cuanto se pueda boca abajo sobre una rejilla. Así conseguiremos que esté bien plano y liso.

Empapar el bizcocho aún caliente con un pincel hasta que haya absorbido todo el almíbar.

Tostar unos piñones en una sartén seca (sin aceite ni nada) y "plantarlos" sobre el bizcocho. Bueno, esto es cosa mía: Michalak sólo los pone por encima... ¡A mí me gustó así!

Este bizcocho tiene muchas cualidades: es suave, es muy jugoso gracias al almíbar, tiene sabor a cítricos, pero sin acidez, y además con ese look tan plano y esos piñones plantados, no se parece a ningún otro...