Galletas Spritz

Cuando oigo Spritz, pienso en el cocktail italiano que se llama Spritz y concretamente en el que me tomé en la piazza del Duomo en Florencia el pasado mes de abril...

Pero no, las galletas Spritz no son ni italianas ni llevan alcohol. Son de origen alemán y realmente se llaman Spritzgebäck. "Spritzen" significa salpicar o rociar, porque estas galletas se hacen usando una prensa (o manga pastelera, como he hecho yo) y no los típicos cortadores. No he tenido el placer de conocer en mi vida una sóla prensa para galletas que funcione medianamente bien, así que he desistido y uso mi manga pastelera tan ricamente (aunque haya que apretar un poco). Si me podéis aconsejar alguna buena prensa, os lo agradezco!

Ya os he hablado varias veces de mi biblia de las galletas, el "Le nouveau livre des friandises" de Betty Bossi. Saco de ahí casi todas mis recetas de galletas, y las que hago cada año en Navidad. Es difícil picar mi curiosidad con otras recetas de galletas... Y si alguna vez he probado alguna, no me ha convencido al final. 

Vi esta receta en el blog C'est ma Fournée y me apeteció muchísimo probarla! La receta venía detalladísima, como siempre las hace Valérie, así que me temí que fuera complicada. La probé y me convenció al 100%, aunque la he simplificado un poco antes de publicarla aquí.

Son galletas muy sencillas, sin ninguna histoira, pero a veces lo más dificil es precisamente esa sencillez: que tengan el punto justo de crujiente y de suavidad, que sepan a mantequilla y que sean bonitas. En mi opinión, estas galletas lo consiguen, y por eso las he adoptado de inmediato y añadido a mi lista de clásicos.

¿Queréis probarlas?   

Consejos:

> Ya sé que es un rollo tener que pesar hasta la clara de huevo, pero es necesario ser exacto en esta receta para que la textura quede perfecta. Una clara de huevo pesa aproximadamente 35g, así que una opción que tenéis es coger un huevo XL y doblar las proporciones de la receta... Nadie se quejará si hacéis 60 galletas!!

Ingredientes (para unas 30 galletas):

- 200 g de harina
- 175 g de mantequilla pomada
- 70 g de azúcar glas
- 20 g de clara de huevo
- 1 buena pizca de sal
- 2 cucharaditas de vainilla líquida (opcional)

Para decorar:
- 150 g de chocolate negro


Elaboración:

Precalentar el horno a 160ºC y preparar dos placas con papel vegetal. 

Batir la mantequilla y el azúcar glas con la vainilla líquida y la sal a velocidad máxima unos 3 minutos, hasta que la mezcla esté blanquecina y muy cremosa.

Añadir la clara de huevo y batir un poco más.

Incorporar con espátula (ya no hay que usar robot o batidora) la harina, sin insistir demasiado. Para la textura final, es importante no trabajar demasiado la masa.

Colocar una boquilla estrellada en una manga pastelera y llenar con la masa, procurando que no haya aire.

Formar las "eses" en la placa. La masa sale fácilmente pero tiene consistencia, es decir que hay que apretar un poquito...

Hornear unos 15 minutos. El secreto de la textura perfecta es ajustar los tiempos a vuestro horno. Las galletas no tienen que tostarse para nada, sino permanecer bien blanquitas. Tiene que parecer que están casi crudas, tan delicadas que no se pueden tocar a la salida del horno porque se rompen. Por supuesto tampoco hay que quedarse corto! Por eso digo que lo ideal es vigilar bien el horno (sin abrirlo) y sacarlas justo a tiempo.

A la salida del horno, deslizar las galletas (recordad que no se pueden tocar porque se rompen...) en una rejilla y dejarlas enfriar. Al cabo de 5-10 minutos las podréis manipular.

 
Por supuesto podéis dejar volar vuestra imaginación y hacer arbolitos de Navidad, círculos y lo que queráis!

 

Si queremos añadir un toque de chocolate, fundir el chocolate al microondas o al baño maría. Mojar media galleta en el chocolate, inclinándola bien para procurar dejar la base limpia:

Colocar sobre un papel de horno hasta que el chocolate esté bien seco.

Y dejar que lluevan las felicitaciones...